«SON PROBLEMAS DE LA VIDA COTIDIANA»
Tras esta buena intención subyace una segunda lectura, que suele ser la que hace el receptor de esta frase.
Tú, como lector de esta entrada, imagínate por un momento que estás en la consulta con un psicólogo (o psiquiatra). Le has relatado los problemas que te están causando malestar y dolor y escuchas esta respuesta: “son problemas de la vida cotidiana”. ¿Qué pensarías? ¿Cómo te sentirías?
Seguramente, habrá personas que se sientan aliviadas al entender sus problemas como algo cotidiano y, por lo tanto, normal. Y quizá, esta simple redefinición sirva para aliviar su sufrimiento. Pero hay otras que no se sienten así. Más bien al revés. Y no les funciona porque no les ayuda a resolver lo que les aqueja.
Sienten que sus problemas son relativizados y banalizados. No se sienten entendidas. Y tampoco reciben herramientas útiles para manejar y/o resolver sus dificultades. Es como si les estuvieran diciendo que no tienen motivos para quejarse o para estar así. Su sufrimiento no está justificado.
“Los problemas de la vida cotidiana” no son trastornos mentales graves, y menos mal. Pero sí pueden generar, si no son debidamente tratados, trastornos de ansiedad y depresión. Y, aunque no lleguen a hacerlo, en la medida en que ocasionan un sufrimiento a la persona e interfieren negativamente en su vida diaria, ya son objeto de intervención psicoterapéutica.
Entiendo que el sistema público de salud está desbordado. Al menos en mi área hay buenos pero pocos profesionales. Tienen un cupo de pacientes desmedido, por lo que les es imposible atenderlos de una manera eficiente y eficaz. Hacen lo que buenamente pueden con los recursos (tiempo limitado por paciente, largos intervalos entre sesiones…) que tienen.
Por otro lado, muchos problemas de salud mental son tratados en las consultas del médico de familia, mediante fármacos psicotrópicos. Esos pacientes no suelen llegar a manos de expertos en la materia, ni públicos ni privados.
En la situación actual, los problemas de salud mental se están generalizando. Cada vez se demanda más atención pública en este ámbito. Estoy totalmente de acuerdo. Hacen falta más profesionales (psiquiatras y, sobre todo, psicólogos) en los Centros de Salud, pero también hay que dotarles de más recursos para poder prestar una atención de calidad.
Mientras tanto, si estás sufriendo, ya sea por un trastorno mental o por “un problema de la vida cotidiana”, no dudes en buscar un psicólogo que te ayude a resolverlo. El tiempo no lo cura todo, lo que no se resuelve, empeora.
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